comercio justo

Comercio justo; Apostando por los recursos propios

Cuando hablamos de Comercio justo, lo hacemos de todas las acciones que promueven las relaciones comerciales voluntarias y justas entre productores y consumidores.

Es decir, que el comercio justo se orienta hacia el desarrollo integral, con sustentabilidad económica, social y ambiental, mientras se respeta la idiosincrasia de los pueblos, su cultura, sus costumbres y los derechos humanos básicos.

Hoy os hablamos de un maravilloso ejemplo, en donde a pesar de los obstáculos, un grupo de campesinos organizados, han sido capaces de generar enormes beneficios para su comunidad.

La apuesta de sus recursos propios y fomentar la solidaridad, han sido los dos factores claves para la prosperidad del sexto país más pobre del mundo.

Ejemplo de Comercio Justo

Burkina Faso, el sexto país más pobre del mundo, ha conseguido impulsar los cultivos del lugar, el mango, con la ayuda de la Asociación «Wouol«, cuyo significado es «solidaridad» en la lengua local turka.

Con ello, las familias campesinas, que suponen el 90% de la población, ya no dependen exclusivamente del cultivo de cereales o de algodón. Cuyos precios oscilaban con vulnerabilidad en el mercado internacional.

Esta agroindustria que ahora da empleo a unas 600 mujeres,  genera riqueza a toda la comunidad.

Al principio, de la zona árida del país, donde no había árboles frutales, los comerciantes compraban los mangos. Sin embargo, pronto hubo una superproducción que hizo que la mitad de ellos se pudrieran por falta de compradores.

Recogida de Mangos y secado
Mujeres separando mango para su después secado en hornos

Lo que les movilizó hasta dar con una solución factible. Tras largas experiencias y estudios, la viabilidad llegó «secando los mangos». Y es que, al norte del país, la gente tenía la costumbre de secar patatas, cebollas, garbanzos, y consumirlos así.

De este modo nacieron las unidades de secado o de transformación, donde se elaboran los mangos secos.

Lo que hace la asociación Wouol es exportarlos a través de las redes de Comercio Justo, a países como Suiza, Holanda e Inglaterra.

Uno de los maravillosos requisitos para trabajar con Wouol, era abandonar los pesticidas y apostar por la producción biológica.

Proporcionar empleo  a miles de mujeres que no habían tenido nunca la oportunidad y que se veían relegadas en sus casas, ha supuesto un cambio radical en la cotidianidad del lugar. Y es que para estas mujeres, los beneficios van más allá de los económicos.

En Tierra Marketing Sostenible, nos hacemos eco de esta noticia y sobre todo, de esta labor encomiable en la que se promueve una relación comercial voluntaria y justa.

Una iniciativa en la que se crean canales comerciales innovadores. Dentro de ellos, la relación entre las partes se orienta al logro del desarrollo sustentable y sostenible de la oferta.

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